Vive tú, que a mí me da la risa

El día aquel en que el diario Marca publicó en su portada que Nostradamus había predicho que España iba a ganar el Mundial de fútbol de Alemania en el año 2006, me descojoné de la risa. Todo el mundo sabe que el Mundial que iba a ganar ‘La Roja’ sería el del Waka-Waka, que mola más porque lo aceptó un pulpo aceptado a su vez como héroe nacional. Pero las pajas mentales de este hombre reconvertido a profeta han dado mucho juego en la historia de la Humanidad y el tema ya colea. En el canal de Historia emitieron hace unos días un par de documentales (parte uno y parte dos) de la teoría político-socio-económico-astrológica sobre el hipotético apagón análogico del mundo en el año 2012. Vale. Que ya sé que me repito. Pero se ve que no tengo nada mejor que hacer que escribir del fin de mundo, hasta tal punto que lo mismo le doy una vuelta al blog y le llamo Catástrofe Digital y, en vez de El Cajero, pasaré a llamarme El Agorero.

 

La fecha exacta de la realización de ese documental no me la sé y, por más que he buscado en Google no he podido sacar nada en claro. Y como dice la sabiduría digital, si no sales en Google no existes, así que estoy comenzando a pensar que esos dos documentales no existen, que lo soñé o que, directamente, querido lector, esto que está leyendo me lo estoy inventando. Basándose en algunas de las predicciones de Nostradamus y en el hallazgo reciente de unos dibujos que se le atribuye, que más bien parecen cartas del tarot de una verdulera de tres al cuarto, los vídeos, no obstante, muestran un par de detalles que me tienen un tanto mosqueado.

Todo el mundo sabe, seguramente usted también, que las profecías de Nostradamus son un poco extrañas. Bien te valen para vaticinar una supuesta victoria de España en un Mundial de fútbol como para conocer la fecha y las causas del fin de la Humanidad, según se lea. La ambigüedad de sus reflexiones da pie a que cada cual entienda lo que le venga en gana. Pasa lo mismo con los mayas, esos bichos que habitan sudámerica y que se han convertido en uno de los principales problemas de la administración Obama. Pero también pasa eso con unos indios que poblaban el Gran Cañón norteamericano (los hopis, no hippies, que esos son otra civilización antigua), con los egipcios, con la Biblia, con el Corán, con la Torá, con los masones, con los canteros y con una señora de huelva a la que se le apareció la Virgen María en una baldosa del cuarto de baño y ahora es la principal accionista del Banco Santander.

Hay mucho escrito sobre Nostradamus y todos estos colectivos ahora citados de agoreros profesionales que, a lo largo de la Historia, queriendo o sin querer, se han convertido en los profetas de lo que nos queda por delante hasta que se le acabe la pila a nuestro reloj. Ahora hilo aquellos detalles que antes comenté que me llamaron la atención. Según los estudiosos de Nostradamus, este pluriempleado de la época aquella de viajar en burra, él aseguró que pocos meses antes de 2012 (por ejemplo marzo de 2011) una central nuclear emitiría una radiacción que mantendría en vilo al personal y que podría terminar por extinguir la especie humana. La predicción fue escrita en el siglo XVI. ¿Casualidad? Obviamente, los seguidores de esas profecías pensaron en su momento que la tragedia de Chernobil era ese anuncio hecho por Nostradamus, aunque siguieron pasando los años. Fukushima ya se ha puesto al nivel del caso ucraniano. Ahora puede que sigan pasando los años y que Nostradamus, realmente, se refería a una catástrofe en Garoña en el año 2030. Quién sabe.

Por otro lado, este tipo tan salao dijo (y permítame que lo exprese con mis propias palabras) que Mesopotamia recibiría la visita de ‘la Cruz’ y que los más morenos saldrían victoriosos de la batalla, aunque sería el inicio de una revolución masiva en contra de los poderes establecidos en toda la zona. Mesopotamia se corresponde actualmente con un país que está muy bien para ir de vacaciones, Irak, y la cruz pudiera identificarse con la intervención militar liderada por Estados Unidos (país que profesa de forma mayoritaria la religión del ateísmo y otras formas de pasotismo y, en segundo lugar, la religión cristiana en sus mil vertientes), Aquella guerra no ha terminado aún, por no decir que, efectivamente, la perdió aquel país presidido por un presidente que denominó (sin querer, claro) «cruzada» a la invasión.

Ahí le tienes. Y sin darse importancia. (Imagen: Goliardo de la Historia)

Ahora Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Barhéin, Libia, Yemen, Qatar, Siria Sudán o incluso Costa de Marfil están como revolucionados. Los frikis seguidores de Nostradamus que aparecían en los documentales comparaban la profecía de las revoluciones citando los casos de algunas manifestaciones de algunos países de Occidente pero, sobre todo, en Oriente Medio y Asia. Pero nada parecido con lo que está sucendiendo ahora en esa parte del mundo, que no había sucedido aún cuando los vídeos se grabaron. ¿Puede ser lo que sucede ahora la confirmación de aquella profecía? O no.

No obstante, y según estos mismos frikis, parece ser que no sólo Nostradamus apuntaba en esa dirección. Son varias las civilizaciones, agrupaciones, asociaciones, colectivos, gremios y seres con rasgos similares que, a lo largo de la Historia señalan al cambio de la era zodiacal que tendrá lugar en 2012 como un momento crítico para la Humanidad. Vaticinan cambios, desastres (sobre todo naturales), conflictos y situaciones a las que antes nunca el hombre se habría enfrentado. Un tiempo combulso, dicen, y, aunque uno es escéptico, yo por si acaso no me quiero perder.

 

Este dibujo es el que ha dado por pensar a alguno que nos vamos a ir al carajo. En fin.

Eso sí, tanto las predicciones mayas, como las de los jichos americanos o las del propio Nostradamus hablan de que la cosa se pone chunga de aquí al 21 de diciembre de 2012, pero que la situación puede ser reversible. El fin del mundo es evitable, dicen. En uno de los dos documentales se mostraba un grabado de los indios Hopi del Gran Cañón. Una línea horizontal se bifurca y muestra dos caminos. Uno de ellos, el del mundo cuando se va al carajo, con el personal con cara de circunstancias. Y el otro, el del modo happy adquirido por la influencia de una tribu hippie cercana en su época, con un paisano dibujado al lado de una lechuga creciendo del suelo, símbolo de la prosperidad. Es decir, que hay una vía de poder seguir habitando el planeta. En el caso de los mayas, su calendario ahí se acaba, pero los expertos creen que estos otros seres estaban con contrato de obra y servicio y fueron despedidos de la empresa tras concluir el trabajo, pero que podían haber seguido cuadrando el 1 con el lunes, el 2 con el martes y el 3 con el miércoles del año 2013. Aunque por alguna extraña razón, no lo hicieron, y pararon de hacer calendarios en esa fecha. Por su parte, Nostradamus, y según sus followers, tiene predicciones para después de la fatídica fecha, por lo que aún quedarían cosas por llegarle a este mundo más allá del 21 del 12 de 2012.

En resumen, que a pesar de la visión catastrofista del mundo de esta gente, aún queda resquicio para la esperanza. Pero, al parecer, tiene condiciones. Según las profecías, somos los hombres quienes en estos meses de crucial importancia para nuestra Historia debemos elegir el camino que queremos tomar. Si somos capaces de superar la adversidad, iniciaremos una nueva era de amor, concordia, respeto, colaboración y armonía hasta que alguien descubra, allá por el año 4000, que los gitanos de Pajarillos, aquella civilización profética, no se llevaban las puertas de las Viviendas de Protección Oficial para venderlas en el mercadillo de Palencia, sino porque se trataba de una forma de simbolizar el advenimiento de otro fin del mundo.

Este vídeo de aquí arriba es de visión obligada. Y lo es porque se apuntan algunas de las claves de lo que muchos ya advierten, pero que nadie hace caso. En España se ronda los 5 millones de parados, más del 40% de los hogares cuenta con todos sus miembros sin trabajo, la tasa de desempleo juvenil es similar a las cifras que se vieron hace pocos meses en Túnez o Egipto y, además, miles de personas más viven con menos de un dólar al día, es decir, se encuentran por debajo del umbral de la pobreza.

Mientras tanto, en los universos paralelos de la tierra de su, más que graciosa, descojonante majestad, juegan a los reales bodorrios y en el Vaticano, siguen a lo suyo. Pues eso, que sigan a lo suyo. Y los demás a lo nuestro.